Los Bonsái, son unos árboles enanos plantados en una maceta o tiesto. Son arbolitos normales, que mediante unas técnicas milenarias se consigue que tengan un tamaño muy pequeño, incluso con sus frutos en miniatura.
Historia del bonsái en China
El origen del bonsái lo encontramos en la antigua China. Hace más de dos mil trescientos años los emperadores chinos de la Dinastía Qin cultivaban para su recreo unos árboles “enanizados” que llamaban punsai o pun-sai. Al principio, el fenómeno no estaba manipulado por el hombre. Los árboles no alcanzaban su desarrollo natural debido a situaciones y condiciones del terreno, el clima, la irrigación o el tipo de suelo.
Los jardineros imperiales se dedicaron a replantar aquellos fenómenos vegetales en tiestos decorados a fin de que sirvieran de recreo a su señor y para reproducir paisajes en miniatura. Era un arte delicado y exquisito, pero difícil, que requería suma paciencia y grandes dotes de observación.
El cultivo de los bonsái se convirtió en un arte complejo hacia el siglo VII. Durante la Dinastía Tang, que se extendió hasta el X, su técnica llegó al esplendor, y aunque su cultivo estuvo reservado durante mucho tiempo a la nobleza, a partir de finales del XVI se generalizó en China.
Historia del bonsái en Japón
A Japón llegó no antes del siglo XII, siendo aquí donde la técnica de «enanización» alcanzó su mayor desarrollo. Por primera vez se conseguía ejemplares de cinco centímetros de altura y un siglo de antigüedad.
La perfección de sus técnicas permitió crear bosques enanos donde se reprodujeron cientos de especies arbóreas. Las noticias históricas alusivas a estos árboles enanos son escasas. Durante el periodo japonés de los Kamakura, de finales del XII a mediados del XIV la secta china Zen se expandió por el Japón influyendo en sus ideales de vida y en su arte.
El bonsái fue llevado por ellos. Existe un manuscrito japonés pintado por el maestro Takakane Takashina, el Kasugagongengengi (1309), donde se da cuenta de detalles y consejos alusivos a cómo cultivar un bonsái para que llegue a sobrevivir a su dueño en muchos años.
Se plantaban en todo tipo de macetas y tiestos de madera o arcilla, e incluso en bandejas decoradas que reproducía la flora arbórea de una región. Se habla además de la relación existente entre el huerto o jardín donde se cultiva el bonsái y la vida interior del jardinero.
La jardinería del bonsái estaba connotada de un sentimiento místico que aspiraba a proporcionar paz interior propiciadora de la meditación trascendental. Era un arte, una técnica y una forma de vida, todo ello coloreado de aspiraciones nobles, ajenas al materialismo, fronterizas con la divinidad.
Hacia el siglo XVII, desvinculado ya el Japón de su pasado chino en cuanto a la técnica y filosofía del bonsái, durante el periodo Tokugawa, simbolizó el pensamiento japonés, y su presencia en las artes decorativas empezó a ser masiva. Dibujos, bocetos, madera talladas, por doquier se reproducía el bon-sai como motivo ornamental, y era pieza importantísima en la delicada poesía japonesa de los haikusy waca, en las ceremonias del té y en los arreglos y disposiciones de conjuntos florales.
La profunda paz, la imperceptible belleza de líneas y formas que su presencia inspiraba lo convirtieron en expresión de suprema belleza y estética sutil. Simbolizaron de manera delicada el mundo de lo caduco, de lo que se muere lentamente, como manifestaba la reproducción de las cuatro estaciones sobre las bandejas en las que se presentaba estos árboles enanos idénticos a su especie natural. Tras la caída en 1860 del feudalismo, sistema político donde prevalecía el dominio de la nobleza japonesa la técnica de su cultivo llegó al conocimiento público.
Historia del bonsái en Occidente
A Europa llegó en 1870, pero sin que aquí se lograra captar su filosofía y ramificaciones religiosas, las aspiraciones místicas detrás del bonsái. Sólo vieron árboles en miniatura, simples plantas enanas que por su exotismo y singularidad servían como tema de conversación en las sobremesas, ya que al principio se utilizaron como centros de mesa; era una curiosidad.
Los esnobs o modernos de la época se aficionaron a él como símbolo de distinción y saber curioso: era necesario familiarizarse con los árboles en miniatura para estar a la moda. Tras la Segunda Guerra Mundial los europeos se dieron cuenta de que era mucho más: no solo un entretenimiento, sino parte del más arraigado espíritu oriental.
Europa empezó a llenarse de bonsáis y su técnica se convirtió en materia de estudiar para los departamentos y facultades de Botánica. La pasión por el bonsái se apoderó de Europa y Estados Unidos, donde las colecciones de estos árboles ‘enanizados’ se multiplicaban; también las exposiciones. Los más distinguidos y exclusivos jardines botánicos y los observatorios de horticultura le dedicaron atención.
Como curiosidad, en España, el interés mostrado por quien fuera su presidente del gobierno, Felipe González, hacia esta técnica dio a conocer de manera masiva la existencia del arte y la historia del bonsái.
Qué es bonsái
El bonsái es un arte consistente en cultivar plantas y árboles, reduciendo o miniaturizando sus dimensiones empleando técnicas de poda, trasplante, pinzado, alambrado, etc. Artificialmente se modela su forma para recrear en una maceta, tiesto o bandeja con tierra una escena de un pasaje natural.
El propósito final del Bonsái es construir en miniatura una representación de una escena que podemos encontrar en la naturaleza, en este caso un árbol. La gran belleza de estas representaciones naturales varía en función del esmero y cuidado que el cultivador aplique. Aunque, naturalmente, mientras más pequeño sea el tamaño del árbol, más meritorio resulta.
Al contrario de lo que muchas personas piensan, los Bonsáis no son un tipo de árbol genéticamente enano. En realidad absolutamente cualquier especie o tipo de árbol se puede miniaturizar mediante los sistemas del arte bonsái. Esta disciplina proviene de una antigua costumbre horticultural de la antigua China que posteriormente, se desarrolló durante cientos de años bajo la influencia del budismo japonés.
Etimología de la palabra bonsái
Bonsái es una palabra que tiene su origen en el idioma japonés y significa literalmente “bandeja cultivada”. Proviene de bon = “bandeja” y sai = “cultivar”. No obstante, previamente procede del vocablo chino penzai, que significa: pen = “bandeja” y zai = “cultivar o plantar”. De hecho, aunque el bonsái es experiencia originariamente china, la palabra es japonesa, en cuyo idioma equivale a “bandeja plantada” o “bandeja cultivada”.
Tomado de CurioSfera-historia