Con 85 años de edad José Carlos Mora González, uno de los protagonistas del Levantamiento Popular Armado del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos, regresó hoy al mar para, con una ofrenda floral, honrar a Dionisio San Román, uno de los líderes del alzamiento, y a Alejandro González Brito.
Asesinados cruelmente por la dictadura, los cuerpos de ambos marinos fueron arrojados a las márgenes del río Almendares, en La Habana, luego de la acción militar que puso en pie de lucha a los cienfuegueros.
“San Román estaba en el Distrito Naval y viendo que el alzamiento era aquí nada más, cometió un error, se montó en el “101” él solo, sin llevar una escolta. Ese guardacosta estaba también en la conspiración, en la sublevación y cuando llegó frente a Cayo Carenas, excepto el capitán, el resto de la tripulación lo traicionó”.
Mora recuerda además que “inclusive de La Habana le dieron la orden al capitán Saturnino Martínez, para que lo matara ahí mismo y dijo que esa orden no la cumplía. Entonces mandaron un avioncito de estos catalina y lo pasaron del 101 para el avioncito, y se lo llevaron para La Habana, desapareció completamente”.
La remembranza de esta jornada remite también a “González Brito que era el capitán del puerto, marino también. Igual lo tomaron preso aquel día que estuvo sublevado y también desapareció. Se dice que en la boca del río Almendares, en La Habana, un lugar que llaman La Chorrera, los tiraron al mar en un tanque”.
Con una lucidez impresionante José Carlos Mora González expone los valores de sus compañeros caídos. “Eran dos oficiales honestos y de nivel. La Marina era un cuerpo muy honesto. Murieron 26 marinos en total, pero se demostró que aun dentro de las fuerzas del dictador Fulgencio Batista había hombres que no estaban de acuerdo con lo que estaba sucediendo”.
El encuentro con el mar y la ofrenda que en él depositó trajeron a la memoria de Mora particulares recuerdos de Dionisio San Román y de González Brito. La tradición del homenaje en las tranquilas aguas de la bahía cienfueguera constituye un acto simbólico por parte de los sobrevivientes de la gesta.
“Siempre colocó la ofrenda un marino. Ahora nos quedan dos nada más y tienen serios problemas de salud, Raúl Hernández y Francisco Campo. Por tanto, la tenemos que echar nosotros, los que quedamos, que éramos del Movimiento 26 de Julio. No importa quién la deposite; lo importante es que lo hagamos todos los años”- concluyó.
José Carlos Mora González, combatiente de la gesta, acompañado por un joven representante de la Marina revolucionaria, recordó hoy, junto a una representación del pueblo, a los marinos que ofrendaron sus vidas hace 68 años y forjaron la gloriosa epopeya del 5 de septiembre de 1957.