Para reflejar los encantos del primer día de clases, -ese que por primera vez en la vida abres una libreta y empuñas un lápiz de forma oficial-, nadie como los pequeños de la edad preescolar cuyos rostros y gestos expresaron hoy el regocijo de ser el centro de interés de padres, educadoras y maestras, en el círculo infantil Amiguitos del Granma, de la provincia de Cienfuegos.
Después de varios años rotando por las diferentes salas de la instalación educativa, llegar ahora todo acicalado con el uniforme rojo y blanco es una entrada triunfal para Derek, y Dilan, para las gemelas Lucía y Alicia, o Carlos y Ernesto.
Luego vino la alegría por el reencuentro con tantos amiguitos, el abrazo espontáneo de las «tatas» como la de cuarto año Yasmany Gallardo Hernández, quien nota el cambio de los pequeños, ahora más creciditos.
La algarabía se introduce por todas partes en medio del ambiente festivo del círculo, lleno de globos y música de la Tía Rosa, que amenizó este comienzo de septiembre en la bella instalación.
Con 30 años de experiencia en la rama de educación, Yanisleidis Ortega Santos es una de las maestras de Amiguitos del Granma y asume una de las dos aulas, donde se distribuyen equitativamente los 30 estudiantes de preescolar.
Allí guiará a los alumnos, en medio del perfeccionamiento de la enseñanza en Cuba, donde incluyen nuevos contenidos y programas, de modo que al concluir este grado estén preparados para incorporarse al nivel primario.
También la directora del círculo, Maray Martínez Iglesias, está feliz por este inicio escolar, mientras atiende cada detalle, pues son unos 130 infantes en seis salas destinadas a las diferentes edades, así como dos aulas de preescolar atendidos en general por 37 trabajadores.
Sin dudas, un primero de septiembre diferente, cuyo curso ya echó a volar para llevar la luz del conocimiento a todos, incluso desde estas tempranas edades en que se sueña con usar uniformes nuevos y alcanzar estatus de “niño grande”.