En su alocución, la presidenta de la organización que reúne a la vanguardia intelectual y artística en Cuba alertó sobre las consecuencias concretas de esa política hostil, que no solo afecta de manera directa a los creadores y a la creación artística, sino que pone en riesgo la sostenibilidad del sistema educativo cubano, caracterizado por su acceso universal y gratuito.
A pesar de esos desafíos, Bonet aseguró que Cuba mantiene una sólida red de instituciones culturales, un cuerpo legal para la protección del patrimonio y mecanismos de apoyo estatal a la producción cultural, incluyendo precios subsidiados que permiten el acceso masivo a las expresiones artísticas.
Enfatizó que estos logros son prueba tangible de que la democratización de la vida cultural es una conquista irrenunciable del pueblo cubano, indicó el comunicado.
«Nuestras propuestas culturales son inclusivas y no establecen diferencias de sexo, raza ni edades, ni de creencias religiosas ni de capacidades», afirmó. En ese sentido, destacó que el derecho a participar en la vida cultural —ya sea como público o como creador— es un principio rector de la política cultural de la nación.
La presidenta de la Uneac defendió el papel de la cultura como componente esencial de la vida espiritual y la preservación de la identidad nacional.