Entre muchos profesionales cubanos de la salud que presentan servicios en otras naciones, aparece la cienfueguera Linet Tomás Díaz, Licenciada en Enfermería con más de 30 años de experiencia, quien labora hace ocho meses en el Hospital Simón Bolívar, del estado de Carabobo, en Venezuela.
La culminación de diplomados en transoperatorio y ozonoterapia, un estudio postbásico en Terapia Intensiva, además del merecimiento de la Medalla Manuel Piti Fajardo por 25 años de trabajo ininterrumpido en el sector de la salud, enaltecen la trayectoria de esta colaboradora especializada en enfermería instrumentista.
“Desde niña inyectaba a sus muñecas y les daba medicinas, así nació el amor hacia esta profesión en la que me desempeño desde mi graduación en 1992. He transitado por todas las salas del Hospital Pediátrico Universitario Paquito González Cueto, allí comencé y he permanecido hasta hoy, excepto durante el año 2009, cuando se inauguró el Centro Especializado Ambulatorio de Cienfuegos, donde inicié como instrumentista al terminar el curso de superación.”
“Atender a los niños es algo lindo, requiere de mucha sensibilidad y resulta difícil enfrentar una crisis de asma, convulsiones y otras urgencias frecuentes del Cuerpo de Guardia, sobre todo si no hay un colega para ayudar, pues esa vida está en tus manos e incluso te sensibilizas igual que si fuera tu propio hijo”, refirió mientras un colega le avisaba que casi debía volver a sus tareas.
Tras la expansión de la pandemia de la Covid-19, Linet viajó por primera vez hacia Venezuela y sintió tanto como los allegados cada fallecimiento, pues muchas veces sus conocimientos eran impotentes ante el SARS-CoV-2 y le invadía el temor de que algún ser querido atravesara una situación similar en Cuba.
“Apenas regresé y al cumplir con los días de cuarentena establecidos me incorporé al Hotel Punta Las Cuevas, habilitado como centro de aislamiento para pacientes sospechosos de coronavirus; en ese lugar presencié momentos muy dolorosos, familias desconsoladas e incapaces de asimilar las pérdidas de sus seres queridos.”
El reconocimiento de los niños y de los adultos que alguna vez recibieron sus cuidados cuando la encuentran en una calle, constituyen el mayor orgullo de esta enfermera nacida en la Perla del Sur, quien confiesa que no cambiaría su profesión y se entregaría por completo a los pequeños si naciera otra vez.
Acerca de su actual misión internacionalista en Venezuela, resaltó la excelente relación entre los profesionales cubanos que allí laboran y asegura que al regresar continuará trabajando en el salón de operaciones.
“Estoy esperando a mi hermana, también enfermera, que se incorporará a nuestro equipo, y eso me motiva mucho porque ella, mis padres que ya descansan, mi esposo y mis hijos, son quienes me han dado fuerzas para seguir adelante.”
“Quiero felicitar a todos los profesionales de la enfermería por su Día Internacional (12 de mayo) y decirle a quienes sueñan con ejercerla que demanda mucho amor, no habrá descanso en días feriados ni festivos, solo gustándole de verdad la pueden terminar y luego sentir la satisfacción de curar a los pacientes.”
Los minutos de descanso terminaron, es momento de examinar a otros ciudadanos que aguardan por la brigada médica cubana y confían en volver a casa sintiéndose mejor, para ello pone todo su empeño Linet Tomás Díaz, una enfermera constante y consagrada.