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Hace 63 años Cuba le propinó al Imperialismo Yanki una aplastante derrota en las arenas de Playa Girón, que de hecho devino gran victoria de la Revolución y del Socialismo. Tres combatientes de esa heroica gesta vienen al Triángulo de la Confianza a contar sus vivencias de aquella gesta gloriosa.
Con la victoria de la invasión mercenaria por Playa Girón, un día como hoy, el 19 de abril de 1961, Cuba demostró al mundo su voluntad de defender con las armas el proceso revolucionario iniciado en 1 de enero de 1959.
El reconocimiento a heroicos combatientes que hicieron retroceder al enemigo en el segundo día de la invasión mercenaria de Playa Girón, marca la jornada de hoy en Cuba, cuando se celebra el Día del Tanquista.
El Combatiente de la Revolución Cubana, José Carlos Mora Fons, tenía 19 años de edad, cuando en la ciudad de Cienfuegos integró el Batallón 326, que en la mañana del 17 de abril de 1961 partió hacia Playa Girón a combatir la invasión mercenaria.
Poco antes de morir Dwight Eisenhower, el primer presidente que enfrentó a la naciente Revolución del primero de enero de 1959, confesó en sus memorias: “En cuestión de semanas, después que Castro entrara en La Habana, nosotros, en el gobierno, comenzamos a examinar las medidas que podían ser efectivas para reprimir a Castro”.
En la madrugada del 17 de abril de 1961 el aviso de un miliciano que hacía su guardia en la costa de Playa Girón, en la Península de Zapata, confirmó lo que se esperaba, había comenzado la invasión a Cuba de tropas mercenarias con apoyo de Estados Unidos y Cuba amanecería en pie de guerra.
Este 16 de abril, en el Panteón de los caídos en la gesta de Playa Girón, el Cementerio Tomás Acea, de Cienfuegos, resultó escenario para el tributo a los mártires de esa batalla, la primera derrota militar al imperialismo norteamericano en América Latina.
Cuba recuerda hoy los bombardeos de aviones enemigos a aeropuertos militares para destruir su incipiente fuerza aérea y crear confusión interna como antesala de la invasión mercenaria por Playa Girón, lanzada dos días después.
En Caonao, pueblo natal de Jaureguí Díaz, los familiares y decenas de residentes dedicaron su respeto y admiración hacia uno de los cientos de cienfuegueros convocados para defender el suelo patrio con la máxima de vencer o morir.
Según las pruebas forenses, Ramón Jaureguí no pasaba los 20 años de edad cuando fue a Girón. Los restos aparecieron envueltos en un nylon verde, de los que usaron los mercenarios para envolver a los fallecidos
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