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Un Partido de fuerza centenaria

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Como todo lo grandioso, el Partido Comunista de Cuba (PCC) surgió casi de la nada, cuando a lo largo de la Isla apenas existían nueve núcleos con esa orientación política, según afirmara su fundador, Fabio Grobart, entonces oculto bajo el seudónimo Yunger Semiovich.

Obligados a realizar sus actividades en condiciones clandestinas, menos de 20 asistentes forjaron la organización entre el 16 y el 17 de agosto de 1925, durante el primer congreso de agrupaciones comunistas, en la casa número 81 de la calle Calzada, ubicada en el Vedado, hoy sede de la Sala Teatro Hubert de Blanck.

Decididos a seguir las directrices de la III Internacional leninista, eligieron su primer Comité Central, encabezado por su secretario general José Miguel Pérez.

Lo acompañaron Carlos Baliño –un puente generacional, miembro del Partido Revolucionario Cubano martiano–, Julio Antonio Mella, Alejandro Barreiro, José Peña Vilaboa, Venancio Rodríguez, Yoshka Grinberg y Rafael Sainz. Recibieron la ayuda del camarada mexicano Enrique Flores Magón, designado secretario de Actas.

Esas jornadas engendraron una luz inmensa, persistente tras un siglo. Los debates iniciales contemplaron la educación de los futuros militantes a través de un programa concebido con ese propósito.

Expresaron la importancia de asumir reivindicaciones obreras y campesinas como la jornada de ocho horas y el fin de los desalojos; abordaron la vinculación con los sindicatos, la defensa de la mujer y de la juventud, en medio de un contexto marcado por el creciente empleo infantil; además del enfrentamiento a la discriminación racial.

El primer Partido Comunista solo disfrutó de legalidad nueve años y varios integrantes sufrieron diversas formas de persecución. Lo demuestran el destierro de José Miguel y el asesinato, en México, de Mella, ordenados por el Gobierno de Gerardo Machado.

Pese a inmedibles dificultades y sacrificios, sin esa osadía habría costado mucho más despertar la conciencia nacional, mediante la divulgación del socialismo científico, y movilizar a la población hacia la conquista definitiva de su liberación.

Fidel Castro Ruz afirmó, en el aniversario 50 de la organización, cómo su momento fundacional unió las aspiraciones a la independencia y la revolución social.

Sentenció: «No hay ley o medida en beneficio de los trabajadores y de los campesinos o del pueblo, en los años de la seudorrepública, que no haya sido arrancada a fuerza de tesón y de lucha por ese primer Partido Comunista de Cuba».
Tomado del Periódico Granma

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