🎧 Escúchenos en audio real

Los pesos que nos quitan en la pesa

Ferias de fin de año
Compartir en

Los altos precios, las dificultades con la bancarización y la obligación de adquirir por un mismo costo productos de primera, segunda o tercera calidad, resultan algunos de los avatares que vivimos cada sábado quienes en la ciudad de Cienfuegos acudimos a la feria de la Calzada de Dolores.

A esas angustias, que constituyen ya un reto a la estabilidad emocional de no pocos, se suma otra evidente muestra de maltrato al consumidor: la estafa a través de las pesas.

Desafortunadamente, no fue sólo un lamentable episodio personal; la agresión al bolsillo, y a la inteligencia, la experimentamos los que decidimos comprar a un monto más razonable, los tomates que hace sólo unas semanas superaban los 250 pesos por libra.

 

Una clienta protestó al apreciar el poco contenido y peso de su jaba, hecho que se repitió nuevamente en esta comentarista que, ante las dudas y escasez del producto, comprobó la falla del vendedor quien me privaba de más de una libra del hermoso fruto, de las cuatro que había pagado.

No tengo dudas de que situaciones como la expuesta acompañan la cotidianidad en el mayor espacio comercial de los fines de semana en Cienfuegos, sin embargo, a quién corresponde protegernos ante hechos de este tipo, a dónde dirigirnos luego de corroborar el robo a través de las pesas.

A decir de un funcionario consultado tras el suceso, corresponde al órgano de inspección velar también por el fidedigno empleo de los medios de metrología, sin embargo, al parecer el asunto no encuentra luces pues son muchas las artimañas de algunos dependientes para poner a su favor las obsoletas básculas que emplean.

Detalla un informe del Ministerio de Comercio Interior que es, precisamente, la certificación y calibración de las pesas, una de las deficiencias que persiste en la actividad comercializadora del país, asunto para nada ajeno a quienes acudimos a la bodega, a las placitas, a otro tipo de establecimiento privado o estatal, o las feria de los sábados en La Calzada y otros barrios cienfuegueros.

Sobre el tema existen varias cuestiones que indagar entre ellas la actualización del estado de las pesas, el control que los organismos correspondientes tienen sobre ese particular, el procedimiento para el uso de esos medios en espacios de gran concurrencia y los mecanismos de los consumidores para defendernos ante estafas cuando la mercancía despachada no se corresponde en libras con la que pagamos.

Por lo pronto, mi consejo es que no permita la violación de sus derechos de consumidor y que, en la medida de lo posible, lleve su propia báscula y compruebe el peso de su producto porque, como refiere un colega, los pillos aprovechan la inocencia y el desconocimiento de clientes que no reclaman lo que les corresponde.

Por fortuna, no es mi caso, ni el de los cienfuegueros que exigieron en la feria de la Calzada el correcto despacho de aquellas libras de grandes y hermosos tomates por 70 pesos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *