El 31 de diciembre despedimos el año con la Nochevieja, también conocida como la Víspera de Año Nuevo. Esta fiesta se celebra en casi todo el mundo, ya que es el último día del calendario gregoriano. El último día del año simboliza el cierre de un ciclo, donde diversas costumbres y creencias despiden el año viejo y esperan con expectativas el que comienza.
Son muchas las tradiciones y las supersticiones alrededor de esta noche, pero la música y los fuegos artificiales siempre acompañan las fiestas y reuniones en la mayoría del planeta, así como el brindis cuando llegan las doce de la noche que marca el final de un año y el principio de otro.
Cerrar el año que se va con alegría es un hecho relevante en nuestra cultura. Todos, de la mejor manera posible, pasamos la última noche del año o noche vieja de la mejor manera posible, agradeciendo todo cuanto hemos conseguido en el año que se termina y dando la bienvenida al año que entra, que seguro será mucho mejor. El optimismo, la felicidad y la alegría son imprescindibles durante esa noche.
¿Por qué se celebra la Nochevieja?
La celebración de Nochevieja, también escrita Noche Vieja, es la última noche del año, que empieza desde la noche de la víspera de Año Nuevo hasta la madrugada del primero de enero. La Nochevieja es una celebración que se festeja en prácticamente todo el mundo, de acuerdo a las costumbres y creencias de cada país, para despedir al viejo año y esperar con expectativas el año que comienza.,La Nochevieja, simboliza el cierre de un ciclo, con metas y propósitos a lograr durante el año venidero.
Se estima que la primera celebración de fin de año se originó en Mesopotamia en el año 2.000 a.C, entre los meses de marzo y abril, significando el comienzo de las nuevas cosechas. Representaba el inicio de la primavera y su primera luna con la celebración del Akitu, dando la bienvenida a un nuevo año durante doce días, en los que se realizaban ceremonias en el templo Esagila, hogar del dios Marduk.
Siglos después, el último día del año pasaría a llamarse la noche de San Silvestre.
San Silvestre había nacido en Roma en el año 270 d. C. Fue ordenado sacerdote por San Marcelino y tras la muerte del Papa San Melquiades fue elevado a la máxima dignidad de la Iglesia. Bautizó al emperador Constantino y le ordenó edificar la Basílica del Salvador o de San Juan de Letrán. La tradición le atribuye la curación de la lepra del emperador Constantino al ser advertido éste, por un sueño en que veía a los apóstoles San Pedro y San Pablo, de que San Silvestre le sanaría
Después de convocar el concilio de Nicea y de haber promulgado innumerables decretos murió el 31 de diciembre del año 335, desde entonces dicha noche se convirtió en su homenaje. Es venerado como santo por las iglesias católica, ortodoxa, armenia, luterana y anglicana.
Rituales y Tradiciones para despedir la noche vieja
Nada mejor que recibir un nuevo año con las mejores energías y la mejor disposición, en aspectos esenciales como la salud, el dinero, el amor, así como proyectos por realizar.
Sin embargo, antiguamente, el último día del año, día dedicado a San Silvestre, tenía lugar en muchas casas particulares una costumbre que se conocía con el nombre de “los años”, los estrechos o los casamientos. Consistía en hacer papeletas con el nombre de todos los que estaban presentes en la casa en ese momento, introducirlas en un recipiente e irlas sacando después de dos en dos para hacer parejas; por lo general, sin embargo, se incluían algunas papeletas más con nombres de animales o cosas (el gato, la campana de la iglesia, la fuente del pueblo, etc) que no eran precisamente buenos compañeros para pasar la noche. Porque lo que se perseguía era pasar la velada acompañado por alguien y, si era posible, alguien agradable, naturalmente. Los niños y jóvenes salían en grupos a cantar villancicos para pedir el aguinaldo, la gente se reunía en torno a la lumbre… el caso era no estar solo.
¿Y por qué? Pues porque, según la leyenda, la noche de San Silvestre había reunión de brujas; ese era, precisamente, el momento elegido para tener su espantosa convención anual y por ello la gente hacía uso de todos los medios a su alcance para alejarlas, desde hacer ruido con cacerolas hasta poner las tijeras abiertas en la chimenea en forma de cruz para que no se colaran dentro de la casa. El ruido, el bullicio organizado la noche de San Silvestre tiene, pues, un origen legendario aunque ahora se quiera confundir con manifestaciones de alegría por el nuevo año que llega.
Otra costumbre muy extendida era la de poner bajo la almohada la noche de San Silvestre tres papeles en los que se escribían las palabras “bueno”, “malo” y “regular”. Al despertar el día primero se tomaba uno de ellos y la suerte del año correspondería a lo que pusiese en el papel. Cosa similar se creía cuando el día primero del año se tiraba un zapato al aire: si caía de pie sería señal de buena suerte, si de lado, regular y si boca abajo, significaría mal año (lo mismo se creía sobre las posibles bodas: si una muchacha tiraba el zapato y caía hacia arriba, se casaba en el año y si caía boca abajo no se casaba).
En la actualidad existen rituales y creencias muy populares alrededor del mundo para despedir la Nochevieja y recibir el nuevo año con prosperidad:
Brindar con una copa de champán o licor al sonar las 12 campanadas, para que se cumplan los deseos de salud, dinero y amor.
Colocar un billete en el zapato derecho para tener dinero, o sostener el billete en la mano para tener dinero todo el año.
Usar ropa interior de color amarillo para la buena suerte y rojo para conseguir el amor. O usar la ropa interior al revés, con los mismos deseos de suerte.

Quemar un muñeco, para deshacerse de las energías negativas y dar la bienvenida al nuevo ciclo.
Salir a la calle con maletas y dar la vuelta a la manzana, para poder viajar durante el nuevo año.
Escribir en un papel los propósitos de año nuevo, antes que finalice el año.
Comer un plato de lentejas hervidas justo a la media noche, para el dinero y la abundancia.
Tirar un balde lleno de agua desde un balcón, para deshacerse de las energías negativas y dar la bienvenida al nuevo ciclo.
Pasar por debajo de una mesa para conseguir pareja.