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La primera feria agropecuaria de gran envergadura en la ciudad de Cienfuegos a propósito de fin de año tuvo lugar este sábado con la venta de disímiles productos y de variados precios. No todos acordes al bolsillo de los sureños.
“Hemos visto los precios bastante asequibles, Por lo menos se puede comprar algunas cosas. Hay tomate a 50 pesos, el pepino a 30 pesos, la yuca a 15 pesos, a 45 pesos la libra de malanga, la harina a 30 pesos, a un precio más o menos que uno le pueda llegar”, opina Juana, que desde bien temprano llegó a la feria.
“El ajo está demasiado caro, media libra de ají a cien pesos. No puedo con dos libras porque mi jubilación es de dos mil cinco pesos”, manifesta Raúl, jubilado.
Durante la jornada el grupo de inspectores que desde hace varias semanas se realiza un control exhaustivo sobre la venta de productos agropecuarios la cabecera provincial también recorrió toda la Calzada.
Florentino Pérez Balladares, jefe de supervisión en Cienfuegos, expresó que “en primer lugar se ha trabajado porque haya organización, todo se previó con la distribución. Tenemos alrededor de 40 inspectores en toda la demarcación de la Calzada, tratando de que se cumpla lo que está concertado con los productos, con los precios establecidos por el Gobernador”.
El país y la provincia han diseñado un grupo de medidas para regular y controlar los precios aunque por sí mismas no constituyen la solución del problema.
En la generación de mayores capacidades productivas para incrementar las ofertas de bienes y servicios reside la mayor posibilidad de revertir un escenario que genera tanta insatisfacción entre los cubanos.
