Y es que los crustáceos atraviesan desprevenidos de un lado al otro de la vía: el espectáculo atrae, al tiempo que preocupa. Cientos de estos animalitos mueren aplastados por neumáticos , que a veces terminan ponchados también debido a sus fuertes tenazas.
Los choferes que habitualmente transitan esa ruta aconsejan a quienes desconocen la presencia de los inoportunos. “Yo le doy un consejo a los conductores que pasen suave porque cuando ellos viene que se acerca la goma del carro se apartan, también la punta de las muelas son duras y eso se te entierra en las gomas y te ponchas”.
“Los tramos de Yaguanabo, Río Hondo, Cabagán , son donde más se ven, nosotros los choferes tenemos que ser precavidos porque a veces pasamos a exceso de velocidad y eso puede traer un accidente si los neumáticos se te ponchan”.
Aunque la migración de los cangrejos rojos en Cuba es un evento centenario, sigue llamando la atención de los especialistas, que se fascinan ante el enjambre interminable moviéndose de un lugar a otro, cuando se trasladan del bosque a la costa para el apareamiento de hembras y machos.
Por eso si no queda otra alternativa que transitar por la carretera Trinidad –Cienfuegos se debe evitar hacerlo en horas de la mañana o de la tarde y a poca velocidad : así se estaría preservando la vida de estos animales y los conductores no lamentarían contratiempos en su viaje.
Esta especie conocida como cangrejo de tierra o cangrejo zombi , no es exclusiva de Cuba, y está presente en otros puntos del Caribe, y son parte indispensable del paisaje en varios sitios de la isla, principalmente en la Ciénaga de Zapata.
Aunque el cangrejo rojo no se utiliza para el consumo humano, los especialistas del CITMA defienden su conservación desde el punto de vista ecológico, pues sirven de alimento a otras especies terrestres y marinas.
La elección de este crustáceo como manjar traería consecuencias adversas para el hombre, pues el color rojo de este cangrejo se debe a la acumulación en su caparazón de TUNGSTENO, metal pesado que pudiera alojarse en el organismo por siempre.
(Con información de Radio Sancti Spíritus)