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75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

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Este 2023 se cumplen 75 años de uno de los compromisos mundiales más revolucionarios de la historia: la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El importante documento proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, consagra los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, con independencia de su raza, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica o cualquier otra condición.

La Declaración, con su amplia gama de derechos políticos, civiles, sociales, culturales y económicos, no es un documento vinculante, aunque sí ha estimulado la creación de más de 60 instrumentos relativos al tema, que en su conjunto constituyen una normativa internacional de derechos humanos sobre la que existe consenso entre los Estados miembros de la ONU.

Recordar la Declaración adquiere este año un especial significado, cuando el mundo observa con horror el genocidio de Israel contra la población palestina en Gaza.

Anualmente la ONU conmemora la fecha con múltiples actividades y convoca a la comunidad internacional a continuar realizando esfuerzos para ampliar la garantía de los derechos humanos en los grupos sociales más vulnerables, como las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y las personas migrantes.

No obstante, la promesa de la Declaración de dignidad e igualdad de derechos para todas las personas, ha venido sufriendo un ataque constante durante los últimos años, advierte el organismo multilateral.

“Cuando el mundo se enfrenta a desafíos nuevos y continuados —como las pandemias, los conflictos, las desigualdades crecientes, la quiebra moral del sistema financiero mundial, el racismo y el cambio climático—, los valores y los derechos consagrados en la Declaración sirven de guía para nuestras acciones colectivas de no dejar a nadie atrás” (ONU, 2023).

Este 2023 el tema de la campaña organizada por la ONU es “Dignidad, libertad y justicia para todas las personas” y tiene por objetivo reorientar los esfuerzos internacionales hacia un mayor conocimiento de la universalidad de la Declaración y el activismo asociado a ella.

Al respecto, Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha dicho recientemente:

“Los derechos humanos deben situarse en el centro de la gobernanza, y no solamente usarse como parte de hermosos discursos pronunciados por funcionarios de alto nivel.

“Los derechos humanos deben formar parte de las políticas y las leyes, además de guiar la forma en que estas leyes y políticas son puestas en práctica. Deben ser el hilo común que nos una a todas las personas, y que afecte a todos los aspectos de la gobernanza, la economía y la sociedad.

“La Declaración Universal de Derechos Humanos fue diseñada con las lecciones aprendidas de dos guerras mundiales, el Holocausto, la destrucción atómica, una profunda ruina económica, así como generaciones de explotación colonial, opresión, injusticia y derramamiento de sangre. Fue concebida como una hoja de ruta para hacer realidad un mundo más estable y más justo”.

El Alto Comisionado también destacó que “los derechos humanos son inherentes a todos los seres humanos” y subrayó que “los líderes que ignoran esta verdad ponen en peligro a las personas a las que se supone que sirven”.

Volker Türk argumentó su afirmación refiriéndose a la situación en Gaza, donde “la población palestina vive bajo un intenso terror absoluto” tras más de dos meses de intensos bombardeos por parte de Israel.

“(…) los civiles continúan sufriendo incesantes bombardeos en Gaza por parte de Israel, lo que supone un castigo colectivo, y que les lleva a sufrir muerte, bloqueos, destrucción y privación a gran escala de las necesidades humanas más básicas, como son los alimentos, agua, suministros médicos vitales y otros productos esenciales”, dijo.

“Las operaciones militares por parte de las fuerzas israelíes, incluyendo los bombardeos, continúan produciéndose en el norte, centro y sur de Gaza, afectando a personas que ya han sido desplazadas numerosas veces, y obligadas a huir en busca de seguridad. Pero no queda lugar seguro a donde ir”, ilustró el Comisionado en su conferencia.

“La situación catastrófica que vemos cómo se desarrolla en la Franja de Gaza era previsible y evitable en su totalidad. Mis colegas en tareas humanitarias han descrito la situación como apocalíptica (…) La comunidad internacional ha de insistir con una sola voz para reclamar un alto el fuego, de forma inmediata, sobre razones humanitarias y de derechos humanos”, agregó.

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Foto: ONU

Volker Türk mencionó igualmente otros conflictos internacionales latentes en el que las personas sufren violaciones a sus más elementales derechos.

Llamó, asimismo, a combatir el discurso nocivo que discrimina e incita a la violencia a través de las modernas tecnologías de información y comunicaciones e, incluso, la inteligencia artificial.

“En los últimos dos meses la incitación al odio en la red y fuera de ella, en particular el antisemitismo y el fanatismo antimusulmán, ha aumentado notablemente. Se han señalado casas y edificios religiosos con pintadas en todo el mundo para atemorizar y provocar el odio. Los líderes políticos también han utilizado una retórica incendiaria, tóxica y llena de odio. Estos hechos deben condenarse enérgicamente. La normativa internacional de derechos humanos es absolutamente clara al respecto”, dijo.

Insistió en que se redoble la acción para combatir la crisis climática y garantizar el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.

“El cumplimiento del derecho a la vida y a un medio ambiente saludable exige la eliminación gradual y equitativa de todos los combustibles fósiles. La legislación de derechos humanos exige que los responsables de los daños climáticos, incluyendo los Estados y las empresas, rindan cuentas para remediarlos. Es hora de garantizar que la destrucción del medio ambiente conlleve sanciones penales como elemento disuasorio básico.

“El futuro de nuestro planeta y de las generaciones venideras está en juego y es vital que las voces de los representantes de la sociedad civil se escuchen alto y claro a la hora de elaborar soluciones viables”, concluyó.

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