Hace una semana realicé un escrito hablando de tres figuras icónicas en la historia del deporte cubano, a quienes bauticé como “LOS TRES MOSQUETEROS” (Eugenio George, Ronaldo Veitía y Alcides Sagarra.

PEDRO VAL
Pedro, como la mayoría le llamaba, nació el 12 de diciembre de 1952. Se desempeñó como preparador de los equipos nacionales de lucha grecorromana desde 1975, contribuyendo de manera decisiva a forjar no solo la escuela cubana de este deporte, sino también a brillantes atletas que dejaron su huella en los colchones más excelsos del planeta.
Ahí están, como testimonio de su tremenda labor, los resultados de íconos de esta disciplina como Héctor Milián, Filiberto Ascuy y Mijaín López, campeones olímpicos a partir de la década de los años 90 del pasado siglo.
Su destacado accionar le hizo merecedor de diversos premios y reconocimientos en Cuba y el exterior, con destaque para la condición de mejor entrenador del mundo en el 2010, otorgada por la entonces Federación Internacional de Luchas Asociadas (FILA).

Las estadísticas en certámenes del orbe son también muy elocuentes: entre 1982 y el 2017 nuestro país celebró 48 premios a ese nivel, la mayoría de los cuales pasaron por sus manos, por su inteligencia. En citas olímpicas resultó un maestro en eso de ganar, pues en las siete ediciones celebradas entre Barcelona 1992 y Río de Janeiro 2016 sus pupilos reinaron en seis de ellas .
El 27 de Julio del 2018, lamentablemente partió hacia la eternidad. Muchos fueron sus logros en cada espacio donde puso sus conocimientos en función de premios y títulos, pero existe uno que va más allá… y es sin duda alguna el respeto, reconocimiento y recuerdo de todos los cubanos.
¡MUCHAS GRACIAS POR TODO Y POR TANTO, MAESTRO!
Tomado de Por La Goma