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Bomberos cubanos

Bomberos cubanos
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En 1696 cuando surgió en Santa Clara la primera agrupación de bomberos de Cuba. Esta rústica unidad nació del interés de los nativos de la villa de protegerse de los frecuentes incendios. Dos años antes de este primer bando contra incendios, en 1768, surgiría en el Surgidero de Batabanó el segundo Cuerpo de Bomberos del país.

El heroísmo nunca perteneció a un solo color de piel, y fueron negros esclavos quienes operaron la primera bomba de agua, traída a Cuba en 1795. Durante todo el siglo XIX, emergieron en todo el territorio nacional los primeros cuerpos de bomberos, nacidos a veces de la prevención y en otros casos como resultado del reclamo popular tras las tragedias acontecidas.

El 14 de enero de 1831, Santiago de Cuba vería nacer al Cuerpo de Honrados Bomberos, y al año siguiente, Santa Clara refundaría su agrupación bomberil. Le seguirían a lo largo de esa década, Cárdenas, La Habana, Matanzas y Cienfuegos, y durante el resto del siglo XIX se incorporarían Güines, Holguín, Guantánamo, Pinar del Río, y muchos más.

En la medida en que los incendios causaban más destrozos, también aumentaban los esfuerzos para combatirlos, y en 1855 llegó a La Habana la primera bomba propulsada, en una época donde los únicos caballos de fuerza eran los que tiraban de los carruajes.

El 31 de octubre de 1877 se realizó la primera llamada telefónica en lengua española entre un cuartel de bomberos y la residencia de uno de sus jefes. Para finales del siglo XIX, La Habana era la primera ciudad del mundo en poseer un servicio telefónico de alarma contra incendios y contaba con 65 estaciones.

Considerado como una de las mayores catástrofes de su época, el incendio de la Ferretería Isasi, acontecido el 17 de mayo de 1890 en las calles de Lamparilla y Mercaderes, se cobró la vida de más de 38 víctimas mortales; 27 de ellas, bomberos.

Fue en honor de los fallecidos que se erigió el Mausoleo de los Bomberos de Isasi en la Necrópolis de Colón: un magnífico monumento de mármol blanco, que resalta sobre el cementerio más grande de Latinoamérica con sus 10 metros de altura, y cuya peregrinación cada 17 de mayo es cita inevitable para aquellos que rinden tributo al Día del Bombero en Cuba.

El siglo XX trajo consigo la fundación de dos importantes espacios para los combatientes de incendios. La primera de estas estructuras es el Cuartel de Bomberos de Matanzas “Enrique Estrada”, cuya conclusión concluyó el 12 de agosto de 1900, y que es en la actualidad la estación de bomberos en funcionamiento más antigua de nuestro país. El segundo de estos recintos es el de la estación de bomberos de La Habana, ubicada en la calle Zulueta desde 1909, y que hoy es el Museo Nacional de Bomberos.

El triunfo revolucionario incorporó en el caudal de los bomberos cubanos una profunda vocación académica y un enraizamiento institucional con el Ministerio del Interior. Los bomberos revolucionarios estuvieron en primera fila de tragedias como la explosión del vapor La Coubre, acontecida el 4 de marzo de 1960, y del incendio de la habanera tienda de El Encanto, el 13 de abril de 1961. Tras cada desastre natural, sabotaje o accidente, los bomberos cubanos siempre han desafiado cualquier adversidad y han salido victoriosos.

En cada incendio como la ocurrida recientemente en los supertanqueros de Matanzas han surgido escenas de modesto coraje, han emergido héroes de las llamas y los escombros; y tras el horror de la muerte, queda el agradecimiento a aquellos que han heredado la vocación del dulce sacrificio de preservar la vida.

El reconocimiento a los bomberos cubanos, que hoy celebran su día. Una vez más gracias por la entrega, valentía y arrojo con que enfrentan cada situación.

Con información de Habana Radio

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