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Descubren el aspecto de un animal de hace 500 millones de años

Descubren el aspecto de un animal de hace 500 millones de años
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Durante un reciente estudio de la colección de artrópodos del Cámbrico del Museo Real de Ontario (ROM), los paleontólogos descubrieron que el aspecto del tuzoia era similar al de un taco.
Mucho después del descubrimiento del animal del Cámbrico tuzoia, los científicos lograron identificar su aparición. El animal nadaba cerca del fondo marino y vivió en la Tierra durante el período Cámbrico (entre 541 y 485,4 millones de años).
“El tuzoia estaba muy extendido y se encontraba en China, Australia, la República Checa y Canadá”, indicó a Live Science Alejandro Izquierdo López, autor principal del estudio y doctorando del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Toronto.
Los científicos suponen que era un depredador o un carroñero que se alimentaba de restos de organismos muertos. Para desplazarse por el fondo marino, podía flexionar su caparazón en forma de un taco hacia fuera de modo que sus piernas corrían por el suelo. El tamaño del tuzoia podía variar entre ocho y 180 milímetros de longitud.
La dificultad de la investigación se basaba en que, aunque se habían encontrado cientos de especies de este artrópodo en todo el mundo en los 100 años transcurridos desde que encontraron el animal por primera vez, no se conservaron sus tejidos blandos. Tras miles de años, los animales se convirtieron en fósil y las partes de su cuerpo, incluso los ojos, las numerosas patas, la cola y los caparazones, también habían sido casi totalmente destruidos por el tiempo.
En consecuencia, a pesar de una colección inicialmente numerosa de estas especies de artrópodos, solo se eligieron 11 para el estudio, en los que había indicios de conservación de tejidos blandos o cuerpo. “Encontrar tejidos blandos en el registro fósil no es fácil.
El caparazón no es como la dura concha de una almeja, por lo que encontrar uno todavía intacto es raro”, afirmó López.
Los especímenes utilizados en el estudio estaban tan bien conservados debido a su ubicación en el oeste de Canadá, sobre todo en los yacimientos fosilíferos del esquisto de Burgess, donde las capas de bancos de lodo que en su día fueron un medio marino “sepultaron a los animales”, explicó Izquierdo López.
El estudio fue publicado en la revista Royal Society Open Science.

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