Un especial compromiso une a Cuba con África, pues por la sangre de sus hijos corre la de aquellos seres humanos que fueron arrancados de sus tierras y que conformaron uno de los episodios más bochornosos de la civilización: la trata negrera.
Con esa certeza se realizó este lunes, en el emblemático Salón Portocarrero, del Palacio de la Revolución, el acto central por el Día del continente-madre, el cual contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; así como del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández; y el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, ambos miembros del Buró Político.
Lazo Hernández expresó, en la ceremonia, que África «es parte indisoluble de la esencia misma de nuestra nación. Al celebrar su día de homenajearla, reconocemos su rica historia, valores, y gran diversidad cultural, y resaltamos su enorme potencial, nobleza, entusiasmo, resistencia de su gente».
En sus palabras, el dirigente cubano destacó: «Festejamos en este contexto los logros de la Unión Africana, depositaria del legado de la Organización para la Unidad Africana, constituida hace 61 años», y fue enfático: «África ha estado y estará siempre entre nosotros».
Por su parte, el excelentísimo señor Nasser Mohamed Ousbo, embajador de la República de Djibouti, y decano del Cuerpo Diplomático africano acreditado en La Habana, expresó sus sinceros agradecimientos al pueblo y al Gobierno de Cuba, «que siempre han estado cerca del continente africano, hasta el punto de compartir sus alegrías y sufrimientos».
En un tema calificado por él como «capital», el diplomático manifestó la condena «tanto del bloqueo estadounidense como de la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo».