La maravilla de las obras que marcan pauta en la historia consisten en la forma en cómo llevan una trama y la genialidad que su autor le imprime al texto. El escritor se arma entonces de cualquier ataque de locura, cualquier estrategia y se abre a la libertad del pensamiento y la forma, dándose el tupé de inventarse nuevas maneras que hagan al lector vivir una experiencia.
Tal es el caso de Rayuela, un clásico de la literatura contemporánea. Esta novela fue escrita por el argentino Julio Cortázar durante el tiempo que permaneció en París (Francia) y fue publicada el 28 de junio de 1963.
Esta obra de 155 capítulos considerada como uno de los hitos del llamado “boom latinoamericano”, relata la historia de Horacio Oliveira en tres partes:
“Del lado de allá”, que se desarrolla en París, ciudad donde comienza una relación con una joven uruguaya a quien apoda “la Maga”, y donde enaltece su intelecto con el Club de la Serpiente, un grupo de amigos amantes del arte, la literatura y el jazz.
“Del lado de acá”, que se ambienta en Buenos Aires (Argentina) luego de su regreso, donde quizás se perfila la decadencia del mismo Oliveira.
“De otros lados”, que corresponde a los capítulos prescindibles de la obra e incluye citas, manuscritos, poemas, notas, reflexiones y recortes de periódico.
De allí, quizás una de las cosas más interesantes consiste en la forma en cómo fue estructurada la novela. Es resaltante también, el ingenio empleado por Cortázar para dirigir al lector e incluirlo en una historia caracterizada por la profundidad de sus personajes, dependencias, ansiedades y matices, con un lenguaje complejo y fascinante para muchos.
Para ello utilizó una página en la que colocó un tablero de dirección el cual contiene un orden específico dispuesto por el escritor como una de las dos posibles maneras de leer el libro. Así como en una rayuela, en la obra hay que dar brincos de un lado a otro para llegar al final.
La otra opción consiste en el orden natural, se leen las dos primeras partes (del capítulo 1 al 56) y se omite la tercera.
En la “contranovela” –como la llamó su propio autor- destacan otros elementos como el idioma “gíglico” creado por él mismo, los juegos musicales, citas y fragmentos de otros escritos.
Críticos de todo el mundo la consideran como una de las primeras obras surrealistas de la literatura argentina, denominándola usualmente como “antinovela”.
Inicialmente iba a llamarse “Mandala”, símbolo hindú que representa el macrocosmos y el microcosmos, y que sugiere la unidad con el ser. Finalmente, el autor escogió “Rayuela” nombre del popular juego infantil que tiene como fin alcanzar el cielo (última casilla) mientras se va saltando con un pie por los recuadros que le preceden.
De esta manera Rayuela surge como analogía de la constante búsqueda de Oliveira para alcanzar algo que no sabe qué es, y hace una clara referencia al modo de lectura que sugiere Cortázar en su escrito.
La temática de Rayuela plantea una historia basada en la introspección, el surrealismo, lo absurdo de las situaciones cotidianas y las trágicas, con cierto dejo de humor negro e ironía.
Rayuela por Julio Cortázar | Resúmenes de Libros
Texto: Tomado de Culturizando
Video: Tomado de Resúmenes de Libros