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Conozca a Cienfuegos: Parque José Martí

Parque José Martí
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En una mañana cualquiera, caminar por el parque Martí le permite seguir con la mirada curiosa el vuelo de los gorriones dejando caer pequeñas ramitas en el aire o el ajetreo de las palomas en busca de su alimento, escuchar con oído atento la conversación de las cuatro fuentes de agua y sentir en silencio la voz del tiempo recordando la historia.

El área más antigua de la Perla del Sur, es referencia obligada, pues resulta casi imposible no llegarse hasta él, conocido anteriormente como Plaza de Ramírez, de Armas, de Recreo, de Isabel II, y de Isabel la Católica. Fue precisamente desde este enclave cuando Don Luis DeClouet y un grupo de franceses fundaron la Colonia Fernandina de Jagua, tomando como punto de partida para el trazado urbanístico una majagua existente en el centro de la sabana, según reza en el rosetón de granito colocado al efecto.

El entorno del parque lo distinguen edificaciones muy bien conservadas, entre las que figura el majestuoso Teatro Tomás Terry, donde han brindado su arte figuras de renombre internacional como el tenor italiano Erico Carusso, la dama francesa Sara Bernhardt y la estrella del cine mexicano Jorge Negrete.

Muy cerca del centenario coliseo, están el Colegio San Lorenzo, antigua Escuela de Artes y Oficios, escenario de las acciones del 5 de Septiembre de 1957, fecha en que un grupo de marinos y miembros del movimiento 26 de Julio se levantaron en armas para convertir a Cienfuegos en la primera ciudad libre de Cuba, aunque esto duró escasamente unas horas, pues fueron brutalmente masacrados por las fuerzas militares del dictador Fulgencio Batista, quien gobernaba en el país, después de un golpe de Estado el 10 de marzo de 1952.

Otra de las características que sobresalen en el parque es precisamente el conjunto escultórico a nuestro Héroe Nacional José Martí, la Glorieta, construida desde 1922; el Arco de los Obreros, único de su tipo en Cuba; los altos valores monumentales están presentes además en las edificaciones puntuales como la Santa Iglesia Catedral, el Palacio Ferrer, el Casino Español, el Teatro Tomás Terry, la Casa de Gobierno (antiguo Ayuntamiento), el Mesón El Palatino (1840); los dos leones en una de sus entradas y las cuatro fuentes, así como diversos bustos erigidos a la memoria de personalidades relevantes como Nicolás Acea, Don Ramón María de Labra, Antonio Reguera, Alfredo Méndez, Clotilde del Carmen Rodríguez y Antonio Hurtado del Valle. y otros con altos valores patrimoniales fueron conservados, entregándose a la ciudad un espacio cualificado y lleno de vitalidad.

Majestuoso, silencioso, lleno de palmas reales, majaguas, framboyanes y ceibas, donde el aire fresco reconforta y llena de vida, es no sólo el pulmón verde del Centro Histórico y de la ciudad, es sinónimo de salud y calidad citadina. El bello trazado de la plaza, coronado por su mobiliario urbano se ve cualificada por los monumentales edificios símbolos, con arcadas y portales de columnas clásicas que lo envuelven y condiciona, consolidándose por derecho propio en símbolo identitario del pueblo cienfueguero.

Sus características tipológicas lo distinguen de las del resto del país y de las ciudades cubanas fundadas en el siglo XIX, y por sus valores se convierte en un cualificador urbano que define la imagen del Centro Histórico y de la propia ciudad de Cienfuegos.

Es el sitio urbano, cuyo protagonismo se ha manifestado en los más importantes y trascendentales acontecimientos que se han producido desde el mismo instante en que se funda la Colonia Fernandina de Jagua, sus áreas han sido escenario de luchas sociales, políticas y económicas, convirtiéndose en testigo inigualable de las más bellas páginas de valor y heroísmo del pueblo cienfueguero, desde las luchas obreras hasta la sublevación popular del 5 de septiembre de 1957.

Por todo lo que representa la antigua Plaza de Armas, hoy Parque José Martí, donde los valores patrimoniales, méritos y distinción se dan la mano, ha definido la política de su preservación anual, con un carácter priorizado, sistemático y de excelencia, sello cimero del amor por la ciudad y su historia, que nos habla de las diferentes intervenciones que ha enfrentado este excepcional espacio público durante el siglo XIX y XX, llegando a la realizada en 1925 que definió la imagen heredada.

De manera armoniosa se entrelazan dos siglos de alto valor constructivo: el pasado, con el patrón neoclásico y el presente, con el código ecléctico. Todo esto hace brillar el centro de la Perla del Sur, que a decir de Eusebio Leal, Historiador de La Habana: “es la plaza más bella de Cuba”.

Tomado del Blog Guanaroca del Sur, de la periodista Mercedes  Caro Nodarse.

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