El extravío de la tarjeta magnética, la interrupción del servicio por dificultades repentinas con la electricidad o la conectividad mientras usan cajeros automáticos para extraer efectivo o convertirse en víctimas de una estafa son las adversidades que pueden presentar los titulares del medio de pago electrónico.
Sobre la base de cuidar el patrimonio individual resguardado en la tarjeta magnética, Yaima Díaz Queralta, jefa de Banca Electrónica en la Dirección Provincial del Banco Popular de Ahorro (BPA), alerta acerca de cómo proceder de manera correcta ante estos casos, y la forma de evitar el robo del dinero electrónico.
Cuando la tarjeta magnética se extravía, el cliente de BPA debe llamar al 78 01 36 00 y notificar la pérdida, y el siguiente paso es presentarse en la sucursal de origen para la renovación; si desconoce el teléfono para hacer el reporte también será atendido en la oficina bancaria.
En el caso de que el cajero automático no le dispense el dinero debe cancelar la transacción del proceso y la primera acción será consultar el saldo para comprobar que haya sido rebajado, alertó la experta.
Si el dinero no está en la tarjeta se realiza una reclamación en la misma sucursal donde está el cajero, y si fueran clientes del Banco de Crédito y Comercio el trámite se realiza en sus sucursales, aclaró la funcionaria.
Ante un robo o estafa lo primero será tomar captura de pantalla de todas las evidencias posibles y presentarse en el Banco para renovar tarjetas y en la unidad de la Policía Nacional Revolucionaria para hacer la denuncia, explica Díaz Queralta.
Sin embargo, lo más importante en estos casos es la prevención, los titulares deben conocer que para transferir dinero, sin importar el medio o dispositivo, sólo necesitan los números de teléfono y tarjeta; y si le piden otros datos como: cuenta estandarizada, carné o PIN, pudiera ser un intento de estafa.
En el año recién concluido el Banco Popular de Ahorro cerró con más de 50 mil clientes registrados en las pasarelas de pago y cuentan con un crecimiento del 70 por ciento de las operaciones efectuadas en los canales electrónico de pago en relación con el año anterior.