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Chocolate de la Reina

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A propósito de la celebración del Día Internacional de la Mujer Rural, este 15 de octubre, sirva este fotorreportaje como testimonio del crecimiento y la grandeza de la mujer campesina cubana.

Hay incontables historias de la gastronomía que trascienden en el tiempo. Muchas son heredadas de nuestros ancestros y se van transmitiendo por generaciones. Una de las más interesantes en la zona oriental de Cuba es la relacionada con el cacao y, por tanto, con la fabricación de sus golosinas.

Entonces, aprovechando una expedición educativa de Senti2Cuba a la ciudad primada, empaqué mi cámara en una mochila y con espíritu de geógrafo aventurero salí a encontrarme con el mejor chocolate de mi país. Próxima parada: Baracoa.

Habíamos estado en varios lugares urbanos y rurales. Por todas partes encontrabas esa exquisita cultura baracoense relacionada con el chocolate. El último día nos dijo el guía de Flora y Fauna: «Al regreso vamos a llegar aquí…». Se trataba de un encuentro para ver cómo se hace este tesoro de forma artesanal. ¿El lugar? La casa de Daysi Pelegrín Cobas, la Reina del Cacao y el Chocolate, en la Finca Las Mujeres, El Güirito, de camino a Yumurí.

A nuestra llegada nos recibió una dama con ese hablar tan sabroso de los campos cubanos. Había llovido recientemente y todo estaba empapado. «Vengan, vengan para acá», insistía ella, mientras nos guiaba hacia su reino: la plantación de cacao, donde comienza la magia.

«Estoy muy feliz de que hayan llegado hasta acá; aquí casi nadie viene». Nos decía rebosante de alegría y gratitud. Daysi es una campesina excepcional. Ella entreteje la historia, del cacao al chocolate, con saberes ancestrales y conocimientos científicos de agroecología. Te explica paso a paso con una gran pasión, desde que siembra la semilla del cacao, el trasplante de la postura, el cuidado de la planta, la cosecha, la fermentación, el tostado y, finalmente, el rico chocolate baracoense.
Posturas de cacao listas para trasplantar
Daysi lleva toda una vida dedicada al cultivo y procesado del cacao. Su «título nobiliario» le fue conferido por boca del historiador de Baracoa, el investigador Alejandro Hartman, cuando sentenció: «Usted es la Reina del chocolate». Y así ha quedado registrado. En definitiva, también tiene nombre de flor, y no es de extrañar que sus manos humildes de mujer trabajadora le ofrezcan al visitante su más preciado tesoro: un trozo de chocolate endulzado con miel… y con amor.

Tomado del Periódico Juventud Rebelde

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