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En declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias explicó que todo lo que ella es hasta hoy, en que precisamente cumple sus 60 años de vida, se lo debe a la Revolución y a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), “porque cuando joven me inserté en aquellas brigadas sanitarias, y le cogí tanto amor como para hacerme enfermera por muchos años.
“También mediante los cursos que impartía esa organización en el municipio aprendí a coser, y en mi casa toda la ropa la confecciono o la arreglo yo, hasta mi hijo Pedro Miguel recibió ayuda de la federación para formarse en las ofertas de estudio”.
Ponce reconoció el afán de superación inculcado por la FMC, lo cual la hizo continuar y hacer la licenciatura en Estudios Socioculturales en la sede de la Universidad de Cienfuegos, con quien mantiene vínculos aunque más bien dirigidos a la asesoría científica en la producción agrícola de su finca Santa Bárbara.
“Te digo que la federación salva vidas, porque desde sus inicios era el organismo más cercano a la base, a las familias, velaba por la vacunación de los niños, por mujeres que parían en el campo y recuerdo a mi madre y mi tía cómo gestionaban apoyo para esos casos.
“Veo a la federación como uno de los mejores eslabones que ha tenido la Revolución porque es la avanzada que toca y debe combatir los temas más sensibles en la sociedad: el abandono familiar a menores, la violencia contra la mujer, la inserción laboral de las féminas, los adolescentes y niños que dejan de estudiar, el embarazo en la adolescencia, el alcoholismo.
“Es cierto, en muchos lugares no funciona la delegación de base de la FMC, hay pasividad, por eso hace falta sumar a la juventud,a los estudiantes, a los niños con ese entusiasmo para asumir las cosas”.
Explicó que en la zona rural La Esperanza hay 27 familias, y cuentan con una brigada de niños similares a aquellas patrullas Clic, para alertar sobre el ahorro energético casa por casa.
“Logramos embellecer los frentes de las viviendas de campo, están sembrados bien bonitos sus jardines y detrás, en cada patiecito, cultivan plantas medicinales, especias, hortalizas, en todo un movimiento de cada núcleo familiar.
“Ahora cuando comience la mini industria para hacer jugos y dulces de frutas en mi finca, esperamos dar empleo a algunas mujeres de la zona, y tributar más a los centros de asistencia social como el hogar de embarazadas, casa de abuelos y circulo infantil.
“Pienso que cada cual debe aportar desde su pedacito, por eso mi finca, con la ayuda de mi hijo, produce yuca, boniato, maíz, plátanos, hortalizas, granos y frutas, de todo eso tributamos a las ferias agropecuarias y a personas vulnerables.
“Debemos trabajar mucho, por eso le digo a mis colegas dueños de fincas en Cienfuegos que ellos pueden hacer y aportar más, pues tienen una retaguardia asegurada en casa, yo no, cuando salgo del campo asumo las tareas caseras, por la noche atiende cuestiones de la federación, y el domingo es sagrado, es para mi nieto Miguel Alejandro.
Sobre el XI Congreso de la FMC, a efectuarse del seis al ocho del presente mes, Ponce expresó:
“Espero buenos resultados de ese encuentro, que sea una chispa para encender las ganas de hacer y trabajar por igual en todas las delegaciones y elevar el apoyo de las mujeres a la Revolución”.
