En ese sentido, destacó la importancia del Programa de Estabilización Macroeconómica, dirigido a restaurar los equilibrios que permitan garantizar un entorno favorable para el crecimiento, el cual forma parte del Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030 y requiere de la participación de diversas instituciones para fortalecer la disciplina fiscal, financiera, y la transformación productiva.
Con respecto al objetivo de incrementar los ingresos en divisas, mencionó la necesidad de aumentar las exportaciones de bienes y servicios, recuperar el turismo, fomentar producciones como níquel, tabaco y ron, redimensionar el mercado cambiario y recuperar los flujos de remesas.
En esa misma línea, se refirió a la implementación de un nuevo mecanismo de asignación y gestión de la liquidez para todos los actores económicos, lo cual incluirá el empleo de nuevos medios de pagos o tarjetas en divisas a las que se les aplicarán incentivos para la compra de bienes y servicios, y que se podrán recargar desde el exterior o en efectivo.
A ello se suma implementar medidas para que las formas de gestión no estatal realicen sus importaciones con pagos desde Cuba, potenciar el comercio electrónico con pagos desde el exterior, continuar la renegociación de la deuda externa y aumentar la inversión extranjera.
En cuanto a la meta de incentivar la producción nacional, señaló acciones como la utilización de contratos de producción cooperada con inversionistas extranjeros y actores no estatales, reducir en un 50 por ciento, para todos los actores económicos, el pago de aranceles por las importaciones de materias primas y bienes intermedios; y subir las tarifas arancelarias a la importación de algunos productos listos para la venta que son elaborados en el país como tabacos, cigarros, rones y cervezas.
Sobre cómo reducir el déficit presupuestario, indicó la necesidad de identificar todas las reservas para la captación de nuevas fuentes de ingresos y avanzar en la reducción de los gastos del Presupuesto del Estado.
(Redacción Prensa Latina)