por 
Hace siete años de aquel triste 25 de noviembre cuando el pueblo cubano sufrió con uno de los dolores más profundos y perdurables tras el fallecimiento de nuestro líder histórico, el Comandante en Jefe Fidel Alejandro Castro Ruz.
En los días sucesivos, cuando sus restos mortales recorrieron toda la Isla por la misma ruta de la Caravana de la Libertad retumbó desde lo más profundo del alma cubana un grito de lealtad a sus ideas imperecederas.
“Yo soy Fidel” emergió de un extremo a otro de la Isla, en las ciudades y en los campos, en las montañas y en los llanos, en los ríos y mares aledaños, en el aire que se respiraba y en cada latido de millones de corazones.
También se oyó desde otras partes del mundo, en los apartados lugares donde brindaban sus labores internacionalistas médicos, enfermeras y técnicos de la salud cubana, donde laboraban entrenadores del deporte, en las aulas en las que maestros y profesores enseñaban a leer y a escribir por el programa “Yo sí puedo”, así como en los miles de profesionales que prestaban su colaboración en otras ramas de la economía.
Empiezo el día, recordando al más grande entre los grandes!.
Fidel Castro, una vida consagrada a la Revolución!.#FidelPorSiempre pic.twitter.com/3IwzHQpu85— Adriana (@AdrianaRojasQba) November 23, 2023
Luego de siete años de la desaparición física del paradigma de la Revolución cubana, su ejemplo permanece en la continuidad del proceso al cual dedicó su vida e implica constante renovación, vive en la solidaridad invariable con las causas más nobles de otros países y en el incansable esfuerzo por hacer del socialismo una certeza confiable.
Fidel está presente en cada acción a favor de la economía y los servicios, por avanzar a pesar de las trabas constantes de Estados Unidos desde hace más de 60 años con descabelladas imposiciones para ver a este pueblo de rodillas, pero eso nunca sucederá.
Y es que el propio Fidel enseñó a los cubanos a no temerle al enemigo por fuerte que sea, pese a las muchas presiones externas e internas, háblese de bloqueos, invasiones, atentados terroristas y campañas difamatorias.
Enseñó a resistir en momentos de crisis económicas parecidos a los que vivimos actualmente, a no claudicar ante las limitaciones y carencias, a sobreponerse ante las adversidades y vencerlas con el esfuerzo de cada hombre y mujer que lucha y trabaja porque cree y contribuye a hacer de este, un país mejor.
El 5 de septiembre de 1959, los cienfuegueros se dieron cita en el parque Enrique Villuendas para conmemorar el segundo aniversario del alzamiento de la ciudad, y el entonces Comandante Raúl Castro Ruz, excusó al líder de la Revolución, Fidel Castro, que no pudo estar en el acto, como era su deseo, por encontrarse en la provincia de Oriente en cuestiones relacionadas con el fomento agrario.
Y fue aquí, en Cienfuegos, dónde Raúl señaló por primera vez: “Fidel está donde quiera que se trabaje, Fidel espiritualmente está donde quiera que la Revolución avance, Fidel está donde quiera que una intriga se destruya, donde quiera que un cubano se encuentra laborando honradamente, dondequiera que un cubano, sea el que fuere, esté defendiendo la Revolución. Allí estará Fidel”. Y nosotros, así pensamos.
