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Conozca a Cienfuegos: Teatro Tomás Terry

Teatro Tomás Terry
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El Teatro Tomás Terry constituye la máxima expresión de una época histórico cultural que se evidencia en la ciudad de Cienfuegos a finales del siglo XX y es una muestra de las características urbanísticas y arquitectónicas de esta época que insistía en la utilización de los espacios públicos dentro de la trama de las ciudades surgidas en la primera modernidad en función del desarrollo sociocultural de una urbe comercial y portuaria de gran significación para la sociedad cubana de entonces.

Su construcción de estilo neoclásico, se inició en 1888, terminándose en 1889, pero su apertura fue el 12 de febrero de 1890. Está ubicado en el contenedor declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad y contiene una entidad propia que lo distingue a partir de su estructura, tecnología, tipología, programación cultural y artística y en especial por los niveles de conservación que ha mantenido en el tiempo, caracterizándola estéticamente por su magnificencia, elegancia y por su ascendencia urbanística y sociocultural.

Uno de los valores más significativos de Teatro Tomás Terry son las artes decorativas, salidas del pincel del filipino-madrileño Camilo Salaya Toro, quien radicó en Cienfuegos durante la segunda mitad del siglo XIX y de cuya paleta salieron también los falsos techos del otrora Casino Español, hoy  Museo Provincial.  Correspondió al ya afamado escultor local Mateo Torriente, dirigir el remozamiento de los elementos de las artes plásticas de la instalación teatral. Junto a él trabajaron el muralista y pintor, también cienfueguero, Juan Roldán y profesores y especialistas de la Escuela de Artes Plásticas “Rolando Escardó”, liderada por él en esos años.

El falso techo de la sala principal exhibe un lienzo de grandes proporciones en el que aparecen la representación de la Aurora, figuras alusivas a la risa y el llanto, los retratos de la poetisa camagüeyana Gertrudis Gómez de Avellaneda y del músico santiaguero Gaspar de Villate, todos rodeados de elementos florales y aves.

El Tomás Terry: uno de los ocho grandes teatros de la Cuba colonial

En el vestíbulo muestra un decorado, también al óleo, como símbolo de los genios propios de la creación y figuras infantiles que sugieren las nobles artes de la poesía y la música. Alegorías a la industria y al comercio como base que sustenta la existencia del arte y la impresionante escultura en mármol de Tomás Terry, cierran ese valioso conjunto decorativo, tratado de manera integral por Mateo Torriente en su condición de especialista.

Además el escultor confeccionó el mascarón referido a la Comedia, que decora la embocadura del escenario y a la vez sostiene las tres T identificativas del teatro, así como el año 1889, fecha de culminación de la obra civil, y la posterior apertura de sus puertas, el 12 de febrero del siguiente año.

Dicha institución posee un gran arraigo histórico determinado por su quehacer comunitario, la celebración en sus salas y espacios de hechos y acontecimientos que constituyen hitos históricos, donde han participado trascendentales figuras artísticas, intelectuales, científicos y políticos.

El teatro ha dirigido su influencia institucional hacia una tendencia de convertirse en un complejo cultural que se sustenta en su valor patrimonial y favorece el rescate y socialización de acciones, figuras y temáticas, vinculadas con la creación artística y literaria, así como la promoción de expresiones patrimoniales de gran valor. Mantiene un intercambio permanente con artistas y público, que ha propiciado una nueva dinámica renovadora al diálogo entre tradición y modernidad, que caracteriza el quehacer cultural de una ciudad abierta a lo universal.

Tomado del Blog Guanaroca del Sur, de la periodista Mercedes Caro Nodarse.

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