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Albert Einstein, el renombrado físico teórico y ganador del Premio Nobel, tenía una gran afición por el ajedrez. Aunque no era un jugador profesional, su amor por el juego fue bien conocido y documentado.
El ajedrez atrae a personas con habilidades analíticas y de resolución de problemas, por lo que no sorprende que el juego capturara la atención de uno de los mayores genios científicos de la historia.
Einstein solía jugar al ajedrez en su tiempo libre y se sabe que apreciaba la belleza y la profundidad del juego. En una carta a un amigo, Einstein escribió: “El ajedrez es un juego de la vida y un arte que expresa la vida misma”. Además, en otra ocasión, Einstein declaró que “el ajedrez sostiene su maestría sobre la mente humana, incluso en su estado embrionario, como el embrión en el vientre materno”.
Su amor por el ajedrez también lo llevó a entablar amistad con Emanuel Lasker, uno de los más grandes jugadores de ajedrez y campeón mundial durante 27 años, desde 1894 hasta 1921. Lasker, quien también era matemático y filósofo, compartía con Einstein un profundo interés por la ciencia y las matemáticas.
A lo largo de los años, Einstein y Lasker mantuvieron una amistad cercana y un profundo respeto mutuo. Ambos eran apasionados por el ajedrez y discutían temas científicos, filosóficos y matemáticos. Esta relación entre dos grandes mentes fue un testimonio de cómo el ajedrez puede unir a personas con intereses intelectuales similares y fomentar lazos duraderos.
La afición de Einstein por el ajedrez es un ejemplo de cómo este deporte-ciencia puede ser apreciado por personas de todas las disciplinas y enriquecer la vida intelectual de sus practicantes. La amistad entre Einstein y Lasker demuestra que el ajedrez es un puente entre las mentes más brillantes y fomentar un intercambio de ideas, conocimientos y experiencias enriquecedoras.
Tomado del Muro de Facebook Ajedrez de Silicio
El genio de Einstein y su amor por el ajedrez
